Siempre hay un momento en el que se necesita una buena sopita de pollo. No hay nada mejor que un caldo de pollo cuando la temperatura cambia y se siente el frio entrando por los pies. Incluso antes de sentir un refriado, nuestro cuerpo nos avisa y nos hace desear un plato de sopa. La sabiduría de nuestro propio organismo es sorprendente.
Aunque a muchos hay que obligarlos a tomarse la sopa, hay otros que podrian tenerla todos los días.
Recuerdo las ollas de sopa de mi abuela. Se podian ver trozos grandes de verduras y raíces flotando, y típico que siempre preguntaba "¿tiene hambre mija?" yo quería responder que si para que me sirviera de la Natilla que había en la nevera o de las albondigas recién hechas, pero primero había que comerse la sopa.
Mi abuela y mi mamá dirían algo así como "cómase la sopa mija que está muy rica y le hace bien" pero nunca me dijeron que la sopa está cargada de nutrientes naturales que ayudan a reforzar el sistema inmunológico, cólageno de los huesos y cartílagos que fortalecen mis huesos y coyunturas y aumentan la elasticidad de la piel y a su vez ayuda a sanar y mantener un sistema digestivo estable. ¡Guao! ¿enserio?.
Una sopa es muy fácil de hacer y prácticamente se cocina sola. Pero el ingrediente estrella son los huesos del pollo. Después de una magnífica comida con un pollo entero, guarda los huesos para hacer una sopa, así no los tienes que comprarlos aparte. Si no la vas a hacer inmediatamente, puedes congelar los huesos y ponerlos congelados en la olla el día que la vayas a hacer.
En una olla grande, coloca tus huesos, una cabeza de ajo o más, depende de tu gusto, en mi caso le puedo poner hasta 3. Cebolla entera, no hace falta que la cortes. Un buen chorro de vinagre, preferiblemente vinagre de manzana, este ayuda a que los jugos y nutrientes del hueso y cartílago salgan con más facilidad.
Puedes añadir todas las especias que tu quieras para darle un sabor único. A mi me gusta ponerle hojas de laurel, comino en polvo, sal, jengibre en polvo, un toque de canela, orégano, pimienta, un poco de ají picante, etc ... siempre depende de lo que tenga a la mano. Dejo que se cocinen los huesos por un par de horas para que los cartílagos se deshagan y los huesos se partan con facilidad. Una vez alcanzado este punto, cuelo la sopa y le añado las verduras que tenga a la mano. Esto varia mucho dependiendo del país donde me encuentre. En Venezuela, es típico ponerle ñame, ocumo, auyama, cebolla y cilantro. En otros países las sopas estan llenas de zanahorias, papas y raíz de celeri con algunos vegetales verdes como el col.
Particularmente me gusta ponerle vegetales con un índice glicémico bajo, como la calabaza, el col, el coliflor y alguna que otra raíz como la papa, la zanahoria pero en menores cantidades. El toque final son unas ramas de cilantro que le dan ese toque caracteristico de una buena sopa.
Si queda sopa, la envaso y la uso como caldo para darle sabor a otras comidas.